27 de abril de 2011

para recordar.

Yo nunca olvido una mirada, aún cuando tengo los ojos cerrados, ni nuestro primer beso, aunque haya millones de besos después. Yo nunca olvido la textura de una piel que envolvió la mía, ni el placer que me hizo sentir tu cuerpo en si. Yo nunca olvido el frenesí de un beso que me dejó sin aliento, ni el color de la camisa que desvestía con ganas de experimentar, de soñar. El tacto, el calor de un corazón poblado, que se olvida de mí por el exceso de pasiones derramadas, de sueños rotos, o el frío de un corazón deshabitado a falta de fuego ( o si lo queréis llamar amor también podéis ) que espera algo más de lo que puede dar. Yo nunca olvido una sonrisa helada, que guarda el olor del viento exterior, ni el sonido de esa risa inventada para habitar en el paraíso. Yo nunca olvido lo que queda en mi recuerdo, pues a para eso están los recuerdos, para recordar.