9 de septiembre de 2012

Adolescencia.

 día te das cuenta de que ya no te gustan esos ositos en tu habitación, ni esa blusa, ni esos zapatos anchos, has cambiado, lo sientes, ya no quieres dar paseos por la calle sin más, no quieres que pasen los días y los meses sin hacer nada, no quieres quedarte en casa viendo la tele las 24 horas del día, no quieres sentarte en un banco mientras lees esa revista que te ayudará a conseguir al chico de tus sueños, y que con un test te dirá lo que los demás piensan de ti, te das cuenta de que estarías mejor con un poco de rímel, de gloss y con esa falda tan bonita que viste, miras a tu alrededor y ese pique que tenías con los chicos ves que ha cambiado, no les ves unos inmaduros y ‘tontos’, les ves como algo que conseguir, te das cuenta de lo que quieres, de que lo prohibido te llama más la atención, de que las normas están hechas para saltárselas, de que te estás haciendo mayor y te das cuenta de que la vida solo se vive una vez y que sabes como quieres vivirla.


 

8 de septiembre de 2012

No importa ya que digas 'lo siento'.

Hace mucho que quería escribirte esta carta, mucho más después de recibir la tuya. Al leer tus últimas líneas sentí que el corazón se me saldría del pecho. No quiero que mueras…
Disculpa si las líneas se ven borrosas pero después de escribir esa última palabra he comenzado a llorar como no lo había hecho en años. Años atrás, cuando estaba contigo, cuando decidí que más nunca volvería a derramar una lágrima por ti y sin embargo aquí estoy, con las mejillas húmedas y los ojos enrojecidos. A veces siento rabia, porque tú cambiaste mi vida por completo, me cambiaste como persona y como mujer. Contigo sentí millones de cosas, así como me hiciste la mujer más feliz del mundo, también me hiciste la más miserable e infeliz de todas.
Todo absolutamente todo lo que sentí contigo, jamás lo volveré a experimentar con nadie, en parte eso me alegra como también me entristece. Me alegra porque sé que no volveré a sentir tanto dolor, un dolor que me destrozaba por dentro, pude sentir como mil cuchillas me atravesaban el cuerpo cuando me dijiste esas horribles palabras, cuando descubrí tus mentiras.
Pero mira aqui estoy,sonriendo,siguiendo adelante sin ti.Y si es posible que a veces te eche de menos y demas pero no te necesito.

Te echo de menos, al igual que me echo de menos a mi misma.

Hoy otra vez, igual que ayer y el anterior.. Gritos y voces cruzadas chocando contra el muro del orgullo y el agoismo. Hoy otra vez, el sonido de mi puerta cerrandose para evitar escuchar una sola palabra más. El miedo te hace intervenir, pero lo unico que consigues es que nada se solucione y pienses que puede que mañana se vuelva a repetir la misma situación.. Solo puede.