Nunca sabes lo que puede pasar mañana. Puede que pienses que tu vida hoy no tiene sentido, que no hay nada por lo que merezca la pena seguir levantándote cada día con esa estúpida sonrisa. Pero puede que al día siguiente, sin pretenderlo aparezca alguien, y aun que no te des cuenta de ello en ese momento, esa persona hace que todo lo que has negado sentir, vuelva otra vez a ti. Hace que toda esa oscuridad en la que te encontrabas, se vaya. Rompe todos tus esquemas.
Pero aun así, cuando él no está, te vienen un montón de preguntas a las respuestas, y tienes miedo. Miedo de volver a creer que el amor existe, miedo a que si le dejas atravesar esa coraza que te rodea te haga daño. Miedo a creer que puede haber un "nosotros", miedo a pensar que puede haber un "para siempre", miedo a que si te dice un "te quiero" no sea cierto, miedo a que si te besa no sienta lo mismo que tu, miedo a volver a hacerte daño, a caer en ese gran vacío del que te ha sacado. Miedo a confiar. Pero luego piensas que te encantaría estar ahora mismo a su lado, que te abrazara para que te quitase el frío, que te susurrara al oído todas esas cosas que ahora mismo solo son unas letras. Recorrer todos los lugares más escondidos de esta ciudad, de todo el mundo. Sentirte segura a su lado, y pensar que todo es posible. Y tienes miedo de que eso no ocurra, de que solo sea un simple juego más. Miedo de que dentro de un mes todo se acabe. Pero todo ese miedo se desvanece cuando te dice un simple "Hola, peque". Es en ese momento cuando sientes que si, que todo puede ser posible a su lado, que te hace que todos los problemas son más pequeños solo con hablar contigo, que te hace sentir que podéis ser las dos únicas personas en el mundo. Y entonces, no puedes ser más feliz..
